Eficiencia Energética en Climatización

Para la optimización del consumo energético de una instalación de climatización es fundamental que el sistema esté bien diseñado, proyectado y ejecutado, teniendo en cuenta aspectos como:

  1. La zonificación de los espacios.
  2. La flexibilidad de funcionamiento o el control: de temperaturas, de tiempos de utilización…

Las variables con las que podemos jugar y las posibles combinaciones entre ellas nos ofrecen un amplio abanico de opciones para conseguir disminuir el consumo energético de una instalación de climatización, pero para llegar a la mejor solución, además de aspectos relacionados directamente con el sistema de climatización, es fundamental tener en cuenta las características arquitectónicas del edificio: propiedades térmicas, envolvente, orientación, aislamientos, etc.

EFICIENCIA ENERGÉTICA EN CLIMATIZACIÓN

La eficiencia energética de una instalación de climatización depende en gran medida del rendimiento de cada uno de los equipos y componentes que la integran, así como de la utilización del calor residual,  fuentes de energía gratuitas (por ejemplo, la solar), la entalpia del aire exterior y todos aquellos dispositivos que permitan la reducción del consumo de la energía procedente de fuentes convencionales.

En lo referente al uso de energías gratuitas, podemos hablar por ejemplo de distintos tipos: enfriamiento evaporativo, free-cooling o enfriamiento natural.

Y en cuanto al aprovechamiento de calor residual, algunos métodos son: la recuperación de aire de descarga de ventilación, el bombeo del calor del aire exterior, el desplazamiento del calor en el edificio, la utilización de calores disipados o el almacenamiento térmico, entre otros.

Como hemos visto, los métodos para disminuir el consumo energético son muchos, por lo tanto, nos vemos obligados a valorar muy bien las distintas opciones analizando para ello, las características particulares de cada proyecto.

El mantenimiento preventivo de la instalación de climatización es otra pieza clave. Con él conseguimos alargar su vida útil, manteniendo el rendimiento y la eficiencia energética de la instalación a lo largo de su existencia.

Es indispensable contar con un sistema de control para realizar los ajustes necesarios para adaptar los parámetros de funcionamiento de los equipos y lograr así su optimización conforme a las pautas de funcionamiento definidas.

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